miércoles, 20 de noviembre de 2013

EL 33 DEL AÑO 8...

...herrado con la "H" de Huelva, castaño de pelo, 565 Kg. al desembarcarse, 5 años y medio el día que fue lidiado. Desde su nacimiento y hasta ese día tan señalado, habitó en una finca situada en el término municipal onubense de Trigueros. Toro bien armado, con caja e impecable trapío, y de nombre "Brigada", de la saga militar de "Comeuñas" a la que también pertenecieron los ilustres "Aviador" o "Tanquista".

Había mucha expectación aquella mañana del 1 de junio de este año en el patio de caballos de Las Ventas, pues dentro, en los corrales, aguardaban 6 toros de los Herederos de Don Celestino Cuadri Vides para ser lidiados horas más tarde. Una ganadería con un historial cualquiera, vamos. El apartado comenzaba a demorarse unos cuantos minutos y a los aficionados que hacíamos cola en el exterior nos olía a quemado. Empezaban a llegar rumores del interior, algo así como que el toro castaño estaba dando problemas: las cuadrillas no lo querían. Pero por suerte reinó la cordura y finalmente "Brigada" sí fue enlotado. La megafonía de los corrales anunció su correspondiente lidia por Fernando Robleño, noticia que muchos aficionados no acogimos con buen grado pues, dado el buen resultado que suelen dar habitualmente los toros castaños de Cuadri, hubiéramos preferido ver a una cuadrilla más capacitada para la lidia del castaño. Tal vez la cuadrilla de otro Castaño...

La primera parte de la corrida hizo correr un halo de frustración. Los tres primeros toros no sacaron la casta y agresividad tan característica de los toros de la "H" de Huelva e incluso alguno fue digno de ser arrastrado por la parada de bueyes a causa de su escasa fortaleza. Solo el buen hacer de Marco Galán, David Adalid y Fernando Sánchez hicieron vibrar los tendidos en el 2º toro.
"Brigada" fue recibido al salir con algunas palmas. Robleño lo recibió al hilo de las tablas, donde el toro se metía por adentro, regateaba y se quedaba corto (cosa muy típica de los toros de este hierro de salida), todo ello mientras arrastraba el hocico por la arena. Derribó a Francisco Plazas en una primera vara en la que el toro metió riñones y empujó con la cara arriba. Y aquí vino uno de los factores críticos de la lidia de este toro: mientras los monosabios trataban de poner al caballo en pie, el peón de brega de Robleño le dio una pésima brega a base de trescientos mil mantazos que para nada le hicieron bien alguno al animal. Y fue aquí y posteriormente mientras el matador lo llevaba por segunda vez a la jurisdicción de Francisco Plazas donde "Brigada" experimentó un cambio radical: ya no se colaba ni acortaba el viaje, sino que perseguía la tela rosa con codicia y casta como si tratara de comerse el capote. Lo único que no cambió fue su afán de querer embestir por bajo a toda costa. Lo suyo hubiera sido ponerlo de largo y picarlo lo justo y delantero, y que el picador dosificara el castigo para ver al animal en una tercera vara. Pues no, las cosas se hicieron al revés. "Brigada" fue colocado al relance a poca distancia del jaco, y una vez entró en jurisdicción del picador, recibió de este un puyazo criminal con el que se puso a la defensiva, eso sí con permiso del matador. "Brigada" salió aplomado y defendiéndose: la casta se tornó en genio a causa de la pésima lidia de Ecijano y el brutal puyazo de Francisco Plazas. A pesar de todo, el animal seguía con ganas de pelea y así lo demostró en la muleta de Fernando Robleño, quien lo ahogó en la corta distancia, haciendo que el toro protestara más. Le costaba arrancarse, pero cuando lo hacía repetía y las dudas de Robleño no mejoraron las cosas.
¿Fue pues "Brigada" un gran toro? En otras manos, quien sabe. Si se le hubiera parado, si se le hubiera bregado con criterio y solvencia, si se le hubiera picado bien... pues muy posiblemente. Pero después de que pasara lo que pasó, cualquier toro de CASTA se vuelve a la defensiva y con peligro sordo. ¿Qué pasó con aquel novillo de origen Jijón que Manuel Quintas mandó a la novillada-concurso? ¿Qué pasaron con algunos ejemplares de la ganadería charra de Pedraza de Yeltes lidiada en San Isidro? ¿Y con la corrida de J.L. Fraile en el ruedo corucho el 17 de agosto de este mismo año? Y así con tantos otros.

Pero claro, pasa que la casta no gusta en los tiempos que corren. Lo que gusta es que los toros salgan de chiqueros ya picados, dominados, sin que entrañen dificultades y, sobre todo, que se pueda disfrutar delante de ellos. La solvencia lidiadora de los coletudos, la suerte de varas como fase clave de la lidia, los tercios de banderillas vistosos y lucidos y que lleven su tiempo para mostrar como es el toro; y el "poder a los toros antes de torearlos" es algo inconcebible para los tiempos que corren, y ni la mayor parte del público y sobre todo la prensa no lo demanda, y así está esto. "Brigada", como tantos otros de sus iguales, fue víctima ese monopolio. Quienes creímos y aun creemos en el, nunca le olvidaremos. No quiero dejar de cerrar este post contando una anécdota que demuestra la grandeza de este suceso: hubo quien ese día se salió del tendido cuando Robleño se disponía a estoquear al animal, alegando que no quería ver morir al animal en el que tanto había confiado durante muchos meses y que, a pesar de todo, no la decepcionó.