lunes, 28 de abril de 2014

CASTA EN EL RUEDO. Crónica de la novillada del 27 de abril de 2014

Cuando aparece la casta, ya se sabe, aparece la emoción. Se esfuma la monotonía, el aburrimiento, eso tan típico últimamente de "eso también lo hago yo". Las miradas y el interés se concentran en un punto, el ruedo, y se olvida la conversación ajena a la corrida con el compañero de localidad, lo que se cuece en el #tweetendido o a las bonitas mujeres extranjeras de la fila de abajo. En definitiva, cuando la casta hace acto de aparición, la verdadera esencia de la Fiesta se personifica ante los ojos de los aficionados y éstos lo agradecemos. Hoy ha pasado, ha habido casta en algunos novillos, aunque no a gran escala bien es verdad, pero lo suficiente para ver algo diferente a lo de semanas atrás con los de Gavira, el Puerto o José Luis Pereda, por poner solo algunos ejemplos no muy remotos. Javier Molina, como suele acostumbrar cada vez que su hierro de "La Mercedes" está anunciada en Madrid, ha presentado una novillada con gran cuajo y presentación, la cual, en líneas generales, podría haber pasado sin grandes problemas como corrida de toros en plazas de primera categoría como Valencia, Málaga e incluso Sevilla. Bondadosos y sin presentar grandes dificultades los dos primeros, con un buen pitón izquierdo el tercero, y en escalera ascendente de casta los tres restantes. Bueno y los novilleros... ¿Qué pasa con los novilleros? Lo mismo de todas las tardes, oiga, chavales como si ya fueran figuras consolidadas y con la temporada hecha, sin hambre ni ambición. O al menos no han hecho el menor atisbo por demostrarlo. Si por lo menos llevaran importantes cuadrillas de picadores y banderilleros que cumplieran sobradamente con su trabajo y nos emocionaran con solventes y buenas bregas, con el arte de parar y fijar a los toros, con pares de banderillas dejándose ver y asomándose al balcón... Pero no, un desastre los peones de a pie esta tarde, como todas en realidad, salvo honrosas excepciones. Y los picadores, salvo Francisco Javier Elena "Patillas", del que su gran labor ante el tercero destacaremos más adelante, igual de mal. Supongo que ni Mario Alcalde, ni Brandom Campos ni Vicente Soler estarán muy satisfechos con su actuación esta tarde. Orejas no se habrán llevado, pero avisos, a espuertas. Y no porque necesiten comerse el carretón, que también, sino por la manía de todos los toreros de hoy en día de alargar las faenas hasta el mayor límite. Será que les gusta la adrenalina de estar a puntito de escuchar el tercer aviso. Pues ya que tanto les va ese rollo, les recomiendo que también prueben a sentir la adrenalina de pasarse al toro cerca y enroscárselo en la cintura en tan sólo 15 muletazos. Aunque sólo sea por cambiar un poco y ver algo diferente, ya que la gente que vamos a los toros pagamos por ver torear, ni más ni menos. Los trallazos a media altura y el destoreo descarado nos da alergia. Mario Alcalde ha dado algún muletazo suelto con la mano izquierda a su primero, pero el poco fondo del novillo, masacrado en una pésima primera vara, no ha permitido que la cosa fuera a más. Poco más por su parte. Brandom Campos pesadísimo y vulgarote en sus dos faenas, con un segundo toro más bondadoso que una ursulina y un quinto manso y encastado, con mucho que torear. Éste quinto casi ha vuelto vivo a los corrales. Vicente Soler era esperado tras su actuación de hace tres semanas y más no ha podido defraudar. Ha dejado ver al tercero en varas, que ha cumplido sobradamente en las dos varas que le ha asestado "Patillas". Así se monta a un jaco, señores, no más ni menos que como lo ha hecho hoy este hombre: toreando a caballo y citando con los pechos del mismo, citar alzando el brazo y tirar la vara y cogerlo en el sitio. No hay más misterio. Por ello, este gran picador se ha llevado una gran ovación con todo el merecimiento. Tuvo este tercero un buen pitón izquierdo, pero su matador se empeñó en pegar pases con la derecha y, cuando fue a echarse la muleta a la zurda ¡milagro! ahí ya no había toro. Le salió, en sexto lugar, otro ejemplar con mucho que torear y al que de nuevo volvió a banderillear Soler de manera vulgar. Algún doblón estimable de comienzo de faena, pero por lo demás trallazos sin mando ni temple en los terrenos equivocados y pasándolo realmente mal. Por mucho que este chico ilusionara hace pocos días, se le vio que aún no está preparado para solventar papeletas de tal índole. Esperamos que cuente con más oportunidades a lo largo del año para rodarse y que en su próxima cita en esta plaza de aquí a unos meses le veamos con otra actitud y aptitud. De sus otros dos compañeros, con cuatro y dos años con los del castoreño respectivamente poco podemos esperar en el futuro, salvo un milagro. En resumidas cuentas, tarde con contenido, algunos ejemplares interesantes y, sobre todo, un buen tercio de varas visto.

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