lunes, 28 de diciembre de 2015

A ESOS 219 181 ILUMINADOS...

No estoy muy acostumbrado a juntar letras sobre animalistas (y animalazos), afines a la disciplina contraria a la Fiesta, paladines de ese disparatado invento de los "derechos animales", meacolonias veganos que actúan como si las lechugas y los tomates no fueran seres vivos, gladiadores y gladiadoras por la paz de sus iguales (las ratas de alcantarilla, con todo el respeto del mundo para estas), ecolojetas y animalistos subvencionados con dinero público, y un largo etcétera. Pero hay situaciones en la vida que dan mucho que trabajar a la máquina incrustada sobre los hombros, y uno prefiere no moderse la lengua para evitar envenenarse.

El caso es que el pasado sábado día 26 de diciembre, junto con mi pareja y un grupo de buenos amigos, acudí al campo bravo extremeño a visitar la finca Las Tiesas de Santa María. Y el día, además de ser muy productivo y bonito, personalmente me sirvió para reflexionar in situ sobre muchas cosas.
Sobre las 10 de la mañana llegamos a la finca y, mientras esperábamos a ser recibidos por Félix, el mayoral, nos dio tiempo a conocer la misma plaza de tientas, con sus correspondientes dependencias, donde con tanto cuidado y esmero el gran Victorino Martín Andrés forjó su leyenda a base de selección.
El mayoral no tardó mucho en recibirnos, y acto seguido, nos invitó a subir al vehículo que nos haría llegar hasta el cercado donde uno de los vaqueros nos aguardaba con el tractor y la tolva cargada de alimento para los animales, pues le íbamos a acompañar en su faena diaria.
Una vez subidos en la tolva, el vaquero nos adentró en los entresijos de Las Tiesas y nos presentó a las madres y sus becerros, futura gloria de la Fiesta; a algunos ejemplares del hierro de Monteviejo, a los sementales, a los novillos, a las corridas de menor rango preparadas para este 2016... Y como lo mejor se suele quedar para el final, por último nos llevó al cercado donde pasta la cabeza de camada. Veintitrés toros preparados para las plazas de Sevilla, Bilbao y por supuesto Madrid, según palabras del propio vaquero.

"Si aquí vinieran los del PACMA se quedarían flipados", comentó alguien al comienzo de la visita.
"Los del PACMA, y los 219 181 iluminados que les votaron el pasado 20-D", dije yo para mis adentros.
Y todo ese pensamiento me acompañó durante toda la visita, y aun hoy, días después, me sigue removiendo las entrañas. Porque los del PACMA, Partido Antitaurino Contra Maltrato Animal, con sus 219 181 votantes, demasiado sabrán qué es eso de una ganadería de bravo.
No. Definitivamente no me imagino yo a ninguno del PACMA enfundándose el mono y las botas de goma una mañana de Navidad o de Año Nuevo para acercarse al campo a faenar, a mover a los animales, a echarles de comer, y demás. Ni en Navidad, ni cualquier día del año la verdad, pero hablo de Navidad porque, como bien nos dijo el mayoral y creo conveniente resaltarlo, ni en días tan señalados la gente de campo descansa. Merecen un enorme reconocimiento por ello.
Tampoco me imagino yo a los del PACMA y a sus 219 181 votantes manteniendo de su propio bolsillo la ganadería, atendiendo a la vez otros negocios cuya existencia es imprescindible para el sustento y mantenimiento de una vacada.
Ni qué decir tiene sobre el mantenimiento del fenotipo en cada encaste y cada sangre. Me dan carcajadas el hecho de imaginarme a los del PACMA y a sus 219 181 votantes, en el hipotético caso de que esto se prohíba y decidieran hacerse con ganado para mantener la especie, seguir seleccionando conforme a las particularidades de cada sangre y siendo fieles al fenotipo de cada encaste, todo ello a la par que se esquiva la consanguinidad.
Bueno, ¿y eso de quitarle por unos instantes el becerro recién nacido a su madre para ponerle las pertinentes vacunas y la correspondiente identificación que dicta la normativa europea?
¿Y los saneamientos? ¿Y las vacunas? ¿Y las curas cuando suceden las inevitables peleas en el campo? ¿Y el mantenimiento del ecosistema? ¿Y la limpieza de cercados, corrales, abrevaderos, etc.?
¿Quién con dos dedos de frente sería lo suficientemente inocentón como para pensar que el PACMA, con sus 219 181 votantes y otros ilustres animalistas como Jorge Javier Vázquez, Dani Rovira, Alberto Garzón, Risto Mejide, Amaral, Pablo Iglesias o Karmele Marchante, estarían dispuestos a todo lo expuesto anteriormente? Pues eso...

Suena a tópico, pero el mayor ecologista y el que mayor amor desprende hacia el toro bravo son los propios ganaderos y los empleados que para él trabajan. Ellos son los que viven por y para los animales las 24 horas de los 365 días del año, sin domingos ni festivos, jugándose la vida constantemente, pasando frío en invierno y calor en verano y viviendo muchos sinsabores y muchos disgustos. Lanzo de nuevo el órgano a esos 219 181 votantes del PACMA: ¿Serían capaces de todo esto? Pues entonces callen y froten su boca a la hora de hablar de esto que, como ven, merece un enorme respeto.


NOTA: Muy agradecidos a la hospitalidad y el afecto que en todo momento nos mostraron los empleados y empleadas de la ganadería. Les deseamos lo mejor y que todo vaya sobre ruedas.


La piara de guarros propiedad del vecino nos dio la bienvenida en la entrada


Amanece en Las Tiesas de Santa María






Algunos ejemplares con el hierro de Monteviejo


Vaya con el vega-villar


Que haya provecho, galanes


Que somos unos sádicos y unos asesinos, dicen por ahi...


Las madres almorzando


 En este marco incomparable vive el toro bravo


Que le digan al tal Jorge Javier que tiene que ir a quitarle el becerro recién nacido a una de estas señoritas para proceder a la vacunación. Pues eso... "Saaaalvaaaameeee"





¿Se imaginan a Dani Rovira o al salvapatrias Mejide manteniendo todo esto? Yo ni por asomo...


Como para decirle a alguno de esos perroflautas veganos que tienen que levantarse un domingo a las 7 AM a echar de comer a estas señoras y sus correspondientes vástagos...


Más guapas que la Macarena


 El amigo más fiel y valiente de la casa


Para 2016


Otros dos para 2016


Más para 2016


Ante ustedes, la cabeza de camada 





Otros cuantos galanes reseñados para lugares punteros








El nº 38 y el nº 54, reseñados como cabeza de camada. Dos galanes que, esperemos, vengan a la capital del Reino.







El nº 48 del guarismo 2, también  en la cabeza de camada. Apuntado queda...


Otra del nº 48



Allá por mayo nos volvemos a ver. En vosotros confiamos...


El museo del gran Victorino está lleno de trofeos y recuerdos. Orgulloso puede estar de su obra


Belador, orgullo de la casa

TEXTO: Luis Cordón Albalá
FOTOGRAFÍAS: Maria José Domínguez Díaz y Cristina Monreal Fernández.

jueves, 3 de diciembre de 2015

EMILIO MUÑOZ, Y SU TRASTORNO DE BIPOLARIDAD

"Me molesta que se diga que hoy se torea mejor que nunca. 
[...]  En el toreo de Juan Belmonte, si recordamos por lo leído, su máxima era que el toro tenía que girar alrededor de él, y que había líneas curvas, no paralelas. Eso se basaba en que las puntas de los pies tenían que mirar a las puntas de los pitones y ahora eso no es así. Sobre todo en el segundo y en el tercer muletazo".

Emilio Muñoz, matador de toros y comentarista de Canal +, en una entrevista para ABC en 2012 
( http://www.abc.es/20120528/cultura-toros/abci-emilio-munoz-molesta-diga-201205281805.html# )

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"Biiiieeennnnnjjjjjj Joze Mari"
"Qué importante ha eztao Julián con er toro"
"Vámono Miguer Ánger... ¡¡¡biiiieeennnnnjjjjjj!!!"
"Ezooo ezzz Alejandro... vamo ya"

Emilio Muñoz, matador de toros y comentarista de Canal +, durante las retransmisiones de las mismas, y ensalzando a los grandes exponentes del toreo lineal, el "mejor de la historia". 



Cada cual, que saque sus propias conclusiones. 

viernes, 16 de octubre de 2015

Y EL CIRCO NOS MARCARÁ EL CAMINO

Cuántas tardes de toros no saldrá uno de la plaza mentando al circo. Circo para arriba, circo para abajo. Vaya circo en el que están convirtiendo a la Fiesta. Este matador tiene unas formas un tanto circenses. El otro matador no ha salido de una escuela de Tauromaquia, ha salido de un circo. Este nuevo público (que no afición) se cree que estamos en el circo.
Vamos, que si algún circo quisiera algún día reciclarse y proponer nuevas atracciones, bien podría valerse de este lamentable espectáculo que ahora nos cuelan como Tauromaquia. Y reflexiono ahora sobre esto a raíz de una noticia que he leído esta mañana, y que decía algo así como que el ayuntamiento de Zamora, después de declarar su ciudad "libre de circos con animales salvajes", ha tenido que dar marcha atrás y rectificar en su decisión. ¿Y por qué? Eso es lo mejor de todo: porque el dueño del Circo Holiday, un señor llamado Ramón Sacristán, ha tenido los santos coj**** de presentar un recurso contra esta iniciativa, manifiestamente ilegal por cierto. Tan ilegal como que el ayuntamiento zamorano podría incluso incurrir en un presunto delito de prevaricación, entre otros. Ole por el dueño del Circo Holyday, y en genersl por la Asociación de Circos Reunidos que, ante tanto ataque a lo que es suyo, no tardan en unirse para defenderse.

Claro, uno lee estas cosas y, por muy odiosas que sean las comparaciones, no puede dejar de mirase en su ombligo. El ombligo de la Tauromaquia.
La Tauromaquia sufre ataques a diestro y siniestro en forma de injurias, calumnias, prohibiciones en contra de la legalidad establecida, ataques violentos a las personas... Y ¿qué hacemos? O mejor dicho, ¿qué hacen los que tienen verdadero poder para hacer algo? Nada. Nadie mueve un dedo. Nadie se une para hacer justicia. A nadie le parece interesar.
Somos mayoría y, además, tenemos la ley en la mano, pero preferimos quedarnos de brazos cruzados y dejar que los antitaurinazis nos coman el terreno. Ellos salen a la calle, se manifiestan, alzan la voz, recogen firmas, cierran plazas y escuelas de tauromaquia, e incluso vienen a llamarnos de todo a muestra cara y a agredirnos. Y por contrapartida, a los profesionales lo único que se les ocurre es hacer el paseíllo desmonterados en señal de protesta; y a los aficionados, sacar pancartas protestando contra el cierre de escuelas y contra la violencia antitaurina ¡¡en una plaza de toros y ante nuestra propia gente!! Sinceramente, si un servidor estuviera en el pellejo de cualquiera de esos sacos de pulgas que defienden a los animales o sus intereses políticos, a estas horas aún me durarían las carcajadas, la llorera, y tendría la vejiga a punto de estallar. Llevo años ironizando acerca de la supuesta relación de los estamentos mandones de la Fiesta con el PACMA, pero viendo todo este vomitivo panorama, acabaremos afirmando que la realidad superó a la ficción.

Sirva este escrito para ver si a alguien poderoso de la Fiesta le da un ataque de seriedad y se dé cuenta de que tenemos los instrumentos legales necesarios para hacernos respetar ante la chusma animalista.

miércoles, 14 de octubre de 2015

TRASHUMANCIA DE CABESTROS (ESTREMERA, 13 DE OCTUBRE DE 2015)

Como cada tercera semana de octubre, mi querido pueblo, Estremera, se engalana para celebrar sus fiestas patronales en honor a la Virgen de la Soledad y al Cristo Sepultado. Estremera es un pueblo donde la afición a la Fiesta se lleva por bandera, y durante sus fiestas patronales nunca faltan los festejos taurinos. Es por ello que este año, como novedad, el programa de festejos anunció un evento que hizo volver a sus años mozos a los más viejos del lugar: la trashumancia de las reses. Una docena de cabestros, amparados por otros tantos hombres a caballo, llegaron al pueblo a pie desde la finca El Maquilón (propiedad del ganadero y matador de toros José María López "El Jose"), situada a unos 15 Km. de Estremera. 
Me cuentan mi abuela y otros paisanos, que algo así no sucedía en nuestro pueblo desde principìos de los años 50, cuando las reses, después de dos o tres días de viaje, llegaban a Estremera la noche de antes de ser lidiados, y les tocaba esperar en el paraje conocido como Valverde (muy cerca de donde hoy se ubica el campo de fútbol) a que rayara el alba y ser conducidos hasta la plaza de toros. A modo de anécdota, mi abuela me cuenta, esbozando una sonrisilla nostálgica, que esa madrugada en la que las reses dormían a escasos kilómetros de Estremera, se celebraba el baile en la plaza del pueblo, y que el baile siempre terminaba antes de lo previsto, pues raro era el año que no llegaba el graciosillo de turno con la broma de que uno de los toros se había separado de la manada y andaba a sus anchas por la calle. 

Eran, en fin, otros tiempos y otras costumbres. Por suerte, ayer revivimos tiempos remotos, y la verdad es que la experiencia fue como para repetirla en años venideros. Sería muy bonito.