jueves, 19 de mayo de 2016

DECIMOTERCERA DE FERIA: SIN RASTRO DEL FANTASMA DE AGITADOR

Cuando hojeamos por primera vez, hace algunos meses, los carteles de esta feria y vimos la ganadería de Fuente Ymbro anunciada, no pudimos dejar de acordarnos de aquel bravo Agitador. Pues bien, el día de Fuente Ymbro llegó y los aficionados acudimos a la plaza con la esperanza de que la sangre brava de aquel toro corriera por dentro de alguno de sus hermanos lidiados hoy. Pero claro, como no es oro todo lo que reluce, la esperanza depositada en Fuente Ymbro fue directamente proporcional al batacazo que nos hemos llevado al final del festejo, después de dar cuenta de una corrida blandengue, descastada, pastueña y mansa. Terriblemente mansa. No sabemos si porque se les ha indigestado el maíz otra vez, o porque era tarde de figurines y obviamente el ganadero, gran conocedor de lo que tiene, no iba a mandar nada que les complicara la existencia; o por cosas del azar, o vaya usted a saber por qué, pero el caso que la corrida de Fuente Ymbro ha sido, hablando claro, un asco de enormes magnitudes. Sin incluir el quinto, ninguno ha cumplido en el caballo, ni ha hecho falta que se les pegara medio puyazo. Ese quinto no fue como el resto, fue un toro al que su matador le dejó ahí a la buena de Dios para que se estampara contra el muro infranqueable de la montura, y derribó en el primer encuentro romaneando, mientras en la segunda puya cumplió. Algo ya es algo, aunque el animal luego se rajara.

A Urdiales también se le atragantó la tarde de hoy. El de Fuente Ymbro que abrió plaza fue evacuado del ruedo por la parada de cabestros de Florito, y en su lugar salió un sobrero de Buenavista que también flojeó lo suyo en los primeros compases de la lidia y apenas fue picado, por lo que a raíz de esos cuidados más propios de Hospital Central que de la Plaza de Madrid, se vino arriba en el último tercio y sacó buena condición. Vamos, que tuvo para torear en animalito. Y Urdiales apuntó cositas sueltas, pero estuvo muy por debajo. Pases con la derecha sin confiarse y tomando las debidas precauciones, luego a echa la mano a la zurda y deja tres naturales estimables, sigue con la izquierda y la cosa no rompe, vuelve a la derecha y vuelve a apuntar algún redondo bastante bueno... Y hasta ahí el toro, que se quedaba cada vez más corto y Urdiales seguía ahí dando trapazos. Y hasta le sonó un aviso sin haber entrado a matar. En definitiva, mediocre actuación ante un toro que tenía mucho dentro.
La cosa empeoró con creces en el cuarto, un animal pastueño, descastado, que iba y venía sin poner en aprietos a nadie... Y al que el de Arnedo trató con muchas precauciones, sin confiarse jamás con él ni dar el menor atisbo de ganas de triunfar. Pases desangelados, como el que se abanica para quitarse las moscas de la cara. Ni siquiera fue capaz de intentarlo por la izquierda. Mal día para él y los que le esperamos.

Miguel Ángel Perera, ese excelso pegapases de lengua aún más excelsa, estuvo tan inspirado como acostumbra, con esos pases desde la lejanía y con la suerte descargada, sin enmendarse con el toro ni ser capaz de llevarsele hacia dentro. Nada nuevo en él, vaya. Y si no triunfó en el día de hoy no fue porque no estuviera inspirado ni estuviera cunvre. Ni mucho menos, faltaría más. Los que hoy no estaban inspirados fueron sus palmeros y voceros; que no consiguieron hacer efectivo eso de que falta triunfalismo y sobran puristas. Qué petardo, ni Rafael el Gallo en sus tardes más aciagas (los del triunfalismo me refiero, no el maeztro Perera, que estuvo cunvre).
Y no merece la pena seguir.

Talavante se las vio en tercer lugar con un mulo que embestía a media altura con una tontuna y una falta de todo tremenda. Es verdad que ante este toro quiso hacer el toreo, citando siempre dando el pecho y queriendo llevarse al toro atrás bajando la mano, con la figura erguida y gustándose.
Con el sexto cambió la cosa, pero hasta que Talavante se dio cuenta de que a este toro en tablas se le podía torear, pasaron siete u ocho bloques de anuncios de Antena 3. Toro manso donde los haya, de esos que si se le abre la puerta se van escopetados al campo sin pensárselo. Pero Talavante, erre que erre en los medios pegando trapazos fuera de cacho. Si me cuentan que el toro le susurró al oído "te voy a llevar a las tablas por mis santos coj(...) ya que tú no me llevas", hasta me lo creo y todo. Y allí, en la mismísima puerta de toriles, Talavante consiguió sacar algunas series de muletazos en las que intercaló un toreo lineal y hacia las afueras, con otros muletazos mucho más mandones y llevando al toro toreado hacia dentro. Toreando, al fin y al cabo. A ratos, pero toreó. Si hubiera matado en todo lo alto, poco que objetar, pero como la estocada cayó en un lado y además fue contraria, el despojo se antoja, a humilde vista de este aficionado, como un regalito más. Peores hemos visto y peores veremos.

Al final no vimos ningún Agitador ni ningún fuenteymbro de esos que salían hasta no hace muchos años con carbón y mala leche. Mansada muy Gallarda que decepcionó y quedará para los anales del olvido.

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